Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Ahorro público: una historia en construcción

Ahorrar tiene beneficios innegables. A lo largo de la historia, popularmente se han dicho sabias y grandes palabras al respecto, por ejemplo: “No ahorres lo que te queda después de gastar. Gasta lo que te queda después de ahorrar”, “La vida es como una cuenta de ahorro, de la que retiras al final, lo que has depositado durante todos los años vividos”, y aunque existen muchas frases más, hay una que particularmente inspiró este artículo: “El ahorro es poético porque es creador. El derroche no lo es, porque es destructor”.

Si bien estos proverbios ayudan a las finanzas de las personas, también lo pueden hacer en los gobiernos. Nuestra propuesta, en el contexto actual de las finanzas públicas en México, y con los recortes de gasto anunciados recientemente, así como los retos presupuestarios que se enfrentarán en los próximos años (por ejemplo, las pensiones de los trabajadores del estado), es que se utilice una herramienta llamada Transparencia y Rendición de Cuentas, empleada en el ahorro del sector público, que existan medidas de austeridad a los recursos y muy importante, dar a conocer el destino de los mismos.

Específicamente, en el Decreto de Presupuesto de Egresos hay un artículo que establece medidas para el uso eficiente, transparente y eficaz de los recursos públicos (Artículo 16, en el Decreto de PEF 2016). Es verdad que actualmente se reportan en los informes trimestrales, los montos de los ahorros obtenidos por la Administración Pública, los Poderes de la Unión y los Entes Autónomos, sin embargo, todavía falta información.

Los datos sobre los ahorros obtenidos se reportan de forma agregada: servicios personales, gastos de operación y de inversión por dependencia. Pero no se detallan los conceptos específicos en los que se aplicaron las reducciones ni tampoco el destino de los recursos correspondientes. Respecto al destino de los ahorros obtenidos sólo se menciona que serán para los programas prioritarios del ejecutor o dependencia que los genere, o en su caso, a los programas presupuestarios que la Secretaria de Hacienda y Crédito Público determine. Es aquí justamente, donde nos quedamos cortos en materia de transparencia y rendición de cuentas.

En 2015 por ejemplo, los ahorros totales generados, tanto por la Administración Pública Federal como por los Poderes y Entes Autónomos, sumaron 5 mil 865.3 millones de pesos*. Esto es más del presupuesto que tuvo asignada la Secretaría de Trabajo y Previsión Social en 2015 ($4 mil 981.3* millones de pesos). Este monto podría ser poco significativo cuando se compara con las grandes cifras del presupuesto, sin embargo, la cantidad es similar al presupuesto que tiene una secretaría de Estado para poder operar.

No es menor saber cómo vamos con las medidas de austeridad y disciplina financiera, por eso resulta primordial conocer el destino de los recursos, pues esto contribuye a saber en qué se están utilizando los ahorros. El esfuerzo para ahorrar se reconoce, pero para tener la figura completa y poder hacer una evaluación se requiere conocer los resultados de la política de ahorro.

Por otro lado, no se ahorra nada más por ahorrar y tampoco es sano el ahorro excesivo, como aquella frase que dice: “el ahorro excesivo declina rápidamente hacia la tacañería, cayendo en la exageración de reputar superfluo hasta lo necesario”.

Por lo anterior, podemos decir que en México estamos lejos de caer en la clasificación de ahorradores en el extremo positivo del espectro, no obstante, es importante seguir cumpliendo lo que ya dice el propio Decreto de Presupuesto, es decir, establecer y fortalecer las medidas para el uso eficiente, eficaz y transparente de los recursos públicos, así como fortalecer la transparencia de la información para saber a dónde se están canalizando estos recursos.

*Fuente: Cifras oficiales de la Cuenta Pública 2015.


Por Liliana Ruíz

www.eluniversal.com.mx/blogs/fundar/2016/07/27/ahorro-publico-una-historia-en-construccion