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Así de importante es la Reforma en Transparencia

En diciembre pasado, después de un proceso abierto de consulta e inclusión de la participación ciudadana, el Senado de la República aprobó de manera unánime la Iniciativa de reforma constitucional en materia de transparencia. En esta iniciativa quedaron asentados elementos necesarios e indispensables para atajar retos en materia de transparencia y garantía del derecho de acceso a la información (DAI) que desde hace tiempo se han hecho evidentes.

Actualmente, el órgano garante de la transparencia a nivel federal, el Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos (IFAI), es autoridad solamente para el poder Ejecutivo. Los Poderes Legislativo y Judicial son sujetos obligados de la ley de transparencia; sin embargo, carecen de una autoridad imparcial que decida sobre las controversias entre solicitantes de información y ellos mismos. Ambos poderes cuentan con comisiones de transparencia que resuelven las inconformidades de las y los solicitantes de información, pero éstas están conformadas por miembros de las propias instituciones (con lo cual se convierten en juez y parte). La reforma busca otorgarle autonomía al IFAI para que con ello sea autoridad en materia de transparencia de los tres Poderes de gobierno. Otro de los retos que se presentan en el ejercicio del derecho de acceso a la información tiene que ver con la desigualdad en la garantía de este derecho en los estados. Esta desigualdad se debe principalmente a la diferencia en los marcos normativos y el desempeño de los órganos garantes.

Con la finalidad de homologar los marcos normativos, esta reforma plantea la creación de una ley general que establezca un marco mínimo para la garantía de este derecho. Para atender el tema del desempeño de los órganos garantes en los estados, la reforma plantea que el IFAI funja como última instancia en la resolución de las controversias entre solicitantes de información y autoridades. Esto quiere decir que los recursos que los órganos garantes en los estados no alcancen a resolver satisfactoriamente se podrán resolver en el IFAI. Por último, el alcance de la transparencia no ha permeado a instituciones que, según el Barómetro Global de la Corrupción 2013, son percibidas como las más afectadas por la corrupción en México: los partidos políticos.

La ley de transparencia actual no contempla a los partidos como sujetos obligados directos, por lo que sólo a través del IFE que se puede acceder a su información más sensible. En otras palabras y para efectos prácticos, los partidos no le rinden cuentas a la ciudadanía. La minuta aprobada en el Senado presenta grandes avances que atienden las problemáticas reales. Desafortunadamente, este proceso se encuentra atorado en la Cámara de Diputados, tanto por falta de voluntad política como por las reservas regresivas que el PRI presentó –mismas que minan los acuerdos alcanzados en el Senado–. Dichas reservas eliminan a los partidos políticos y a los sindicatos como sujetos obligados directos, disminuyen la autoridad del IFAI (al permitir que sus resoluciones no sean definitivas) y modifican el mecanismo de nombramiento de las y los comisionados de este instituto. Esto último es crucial. Otorgar autonomía constitucional al IFAI pero mantener el control del Ejecutivo en el nombramiento de sus titulares carece de sentido –por lo menos para nosotros los ciudadanos–. En la minuta del Senado se establece un procedimiento que contempla la participación ciudadana y deja en manos de este órgano legislativo la elección de los comisionados. Las reservas del PRI regresan a la cancha del Ejecutivo la designación de sus titulares.

La reforma en transparencia es relevante para continuar avanzando en la garantía de un derecho y para construir relaciones más sanas entre la sociedad y sus gobiernos. Sin embargo, es importante señalar que esta reforma brindaría muy poco si las reservas del PRI se aprueban. Corremos el riesgo de debilitar una institución que ha desempeñado un papel fundamental en la garantía de la transparencia, si los diputados la despojan de su legitimidad y verdadera independencia del poder político. Esta reforma es tan importante como las que se han discutido y aprobado recientemente en el Congreso, es lamentable que la clase política decrete que para ella no lo es tanto.

Por: Renata Terrazas

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