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¿Cómo usará el próximo gobierno los préstamos internacionales?

El rol de los organismos financieros internacionales en México es más importante de lo que creemos y sabemos.  Históricamente, México ha sido uno de los países más beneficiados por estos recursos. En el caso del Banco Mundial (BM), por ejemplo, somos el tercer país en el mundo que más dinero recibe de esta institución desde su creación[1], después de Brasil e India.  En el caso del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), los préstamos acumulados a México de 1961 a 2017 representan el 15% del total.  Pero, ¿cuánto sabemos de cómo se usa este dinero?

Con el nuevo gobierno todo parece indicar que la relación con estas instituciones seguirá siendo estrecha, ya que en el Proyecto de Nación 2018-2024 se contemplan como fuentes de financiamiento complementaria para la Banca de Desarrollo del país; actores relevantes para coordinar acciones en torno al desarrollo rural y el combate a la pobreza y desigualdad; y fuentes para el Fondo de Capitalización de Industria y Tecnología para apoyar el desarrollo de empresas mexicanas medianas; entre otros.

Los préstamos que el país negocia con estos organismos van dirigidos a proyectos concretos, programas del gobierno y políticas públicas, y son parte de la deuda pública externa – aproximadamente el 30% del total- que todas las personas pagamos cada año con nuestros  impuestos. En principio estos recursos deberían utilizarse para garantizar el bienestar de las personas y erradicar la pobreza. Aunque ha habido algunos avances para transparentar el origen de  este dinero, persiste el reto de rendir cuentas sobre su ejecución, resultados y evaluación.

Con la entrada de la administración de AMLO, los representantes de estas instituciones comenzarán a delinear la Alianza Estratégica para México con el Grupo del Banco Mundial y la Estrategia de País con el Grupo BID, alineándolas con el Plan Nacional de Desarrollo. Este proceso representa una oportunidad para que además de plasmar los planes conjuntos para el siguiente sexenio, también incluyan compromisos en cuanto a transparentar todo lo relacionado con estos recursos públicos que se usan en nombre del desarrollo.

Además de incluir las instituciones que brindan préstamos al gobierno, las estrategias del Banco Mundial y del BID incluyen a las que brindan préstamos al sector privado. En este caso México también es de los principales países que reciben recursos: somos el séptimo país al que llegan las inversiones de Corporación Financiera Internacional, brazo privado del Banco Mundial, con el 2.3% del portafolio global para el año fiscal 2017[2]. También ocupamos el séptimo lugar, con el 8.6% del portafolio regional para el año fiscal 2016 del BID Invest[3], brazo del BID que otorga financiamiento al sector privado.

En lo que refiere a este sector, resulta aún más importante contar con mecanismos que transparenten su quehacer en el país en aras del desarrollo. El nuevo gobierno plantea establecer un fondo mixto de inversión pública y privada para realizar de 25 a 30 proyectos de alto impacto a nivel nacional durante el sexenio, como parte de su política macroeconómica. En este sentido, las instituciones que brindan financiamiento al sector privado jugarán un rol importante, al observar la relación que tienen con México y la intención que se tiene de fortalecer las alianzas público-privadas para realizar los proyectos, que seguramente serán realizadas con una gama más amplia de actores financieros.

En estas últimas alianzas el reto será transparentar el uso de los recursos públicos, así como realizar los proyectos con pleno respeto de los derechos humanos. A pesar de que gran parte de las instituciones financieras tienen sus propios marcos normativos ambientales, sociales y de acceso a la información, el Estado es el responsable último de garantizar tanto la transparencia de los recursos, como el pleno respeto a los derechos humanos cuando se realicen en el país proyectos con financiamiento proveniente de instituciones financieras, ya sea al sector público o al privado.

[1] Ver Moody’s Investors Service. IBRD World Bank (Aaa Stable). p. 6. Disponible en http://pubdocs.worldbank.org/en/403531522174181814/ratings-report-moodys-ibrd-201802.pdf

[2] Ver IFC. Informe Anual 2017. Creemos mercados. p. 62. Disponible en https://www.ifc.org/wps/wcm/connect/5dc490c5-9734-4a9e-a4be-8b27c4392f22/IFC-AR17-Full-Report-Vol-1-SPANISH_v2.pdf?MOD=AJPERES

[3] Ver Banco Interamericano de Desarrollo. Informe Anual 2016. Reseña del año. Disponible en https://publications.iadb.org/bitstream/handle/11319/8218/Informe-anual-del-Banco-Interamericano-de-Desarrollo-2016-Resena-del-ano.pdf?sequence=3&isAllowed=y


[ Por Mariana González Armijo ]

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