Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Democracia y demagogia

Por esencia, gobernar y legislar suponen disponer de lo ajeno. Se hace, según nos ha recitado, en aras del llamado interés general. A riesgo de ser simplista, la democracia funciona sobre la base de que las personas que tienen capacidad de decicidir desde el ámbito público quian sus decisiones con el norte de lo que la sociedad requiere o necesita. En este tono, eso es apenas un asunto de teorías y largas disertaciones académicas. O, en otras palabras, es una versión de lo que sucede que carece de registro histórico y que se alimenta de la inocencia y la fantasía.

La realidad es más compleja y la política tiene demasiados recovecos y muchas zonas obscuras. Para no describir el asunto como si fuera una particularidad propia o un esencialismo mexicano acudo a una referencia coparada. En su libro So Damn Much Money Robert G. Kaiser explica la perversa relación entre la industria del cabildeo y el congreso de los Estados Unidos. Kaiser muestra cómo la política de los Estados Unidos se ha corroído y sirve a intereses económicos que toman por asalto las instituciones para hacer valer sus intereses. Los que están adentro simplemente sirven a actores que están afuera. De estos últimos, a  apesar de su real influencia de facto, poco o nada se sabe.

Miguel Pulido

Leer el artículo completo aquí