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El cuidado de nuestro patrimonio natural: un vistazo al presupuesto público

En el actual sexenio, los recursos públicos destinados al cuidado de nuestro patrimonio natural han sufrido fuertes recortes. Las cifras oficiales son muy claras: el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) muestra que la reducción de los recursos asignados a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) en los años 2016 y 2017 suma un monto de 31 mil millones 118 mil pesos, cifra que representa un recorte de poco más de 50 % en relación con el presupuesto aprobado en el 2014.[1] En otras palabras, hoy en día la Semarnat opera con la mitad de los recursos que le fueron otorgados en el 2014.

Si bien uno de los propósitos del presupuesto destinado a las instancias federales del sector ambiental –esos millones de pesos y centavos establecidos en el PEF– es dar cumplimiento a los objetivos del Programa Nacional de Desarrollo (2013-2018), de manera más específica se orienta a cumplir con lo establecido en el Programa Sectorial de Medio Ambiente y Recursos Naturales, que propone: “incrementar los esquemas de conservación y manejo dando prioridad al aprovechamiento sustentable del patrimonio natural”.

Para cumplir con ello, existen diversos programas operados por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), instancia que, además, es responsable del cuidado de las 181 Áreas Protegidas (ANP) que existen en todo el territorio nacional.[2] Un vistazo a los recursos asignados a la Comisión en el PEF del 2017 revela una disminución de poco más de 295 millones de pesos, es decir, 22% menos que el año anterior.[3]

Este recorte presupuestario cobra especial relevancia tras el decreto de creación de cuatro nuevas áreas protegidas: Sierra de Tamaulipas, Pacífico Mexicano Profundo, Islas del Pacífico y, la más extensa del país, la Reserva de la Biósfera del Caribe Mexicano.

A propósito, en diciembre pasado, durante la presentación oficial de las nuevas áreas protegidas, el Secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Rafael Pacchiano Alamán, afirmó que “se requerirán 130 millones de pesos anuales para garantizar en los próximos cuatro o cinco años los esquemas de vigilancia y manejo de la Reserva de la Biósfera del Caribe Mexicano”.[4]

Actualmente, tenemos más Áreas Naturales Protegidas –un total de 181– pero menos recursos públicos para su adecuado manejo y gestión. Frente a este contexto, el cuidado y la conservación de nuestro patrimonio natural representan un gran reto para las autoridades gubernamentales. Esto no es nuevo y, de hecho, ha sido reconocido por los titulares de la Semarnat y de la Conanp, quienes han manifestado la necesidad de ampliar las fuentes de financiamiento para sostener los programas de vigilancia, investigación y manejo de las zonas protegidas del país. No obstante, aún existen dudas acerca de los mecanismos para asegurar la cantidad de recursos necesarios para cuidar nuestro ambiente. Un cálculo realizado por algunos especialistas advierte que es necesario invertir alrededor de tres mil millones de pesos anuales para poder cubrir las necesidades operativas y el gasto social de las ANP.[5]

Hasta ahora, los datos oficiales indican que la protección del medio ambiente y los recursos naturales no es una prioridad para el Estado, cuya obligación es garantizar el derecho a un medio ambiente sano. Ello supone, más allá del reconocimiento de las necesidades, la asignación de recursos suficientes y la realización de un gasto responsable y eficiente con el fin de proteger, cuidar y restaurar nuestro ambiente y nuestros recursos naturales.

[1]Presupuesto de Egresos de la Federación año fiscal 2016 y 2017. Ramo 16. Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales. http://www.transparenciapresupuestaria.gob.mx/

[2] Las Áreas Naturales Protegidas “son porciones terrestres o acuáticas del territorio nacional representativas de los diversos ecosistemas, en donde el ambiente original no ha sido esencialmente alterado y producen beneficios ecológicos. Se crean mediante un decreto presidencial o través de la certificación de un área cuyos propietarios deciden dedicar a la conservación. Las actividades que pueden llevarse a cabo en ellas se establecen de acuerdo con la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente, su Reglamento, los programas de ordenamiento ecológico y los respectivos Programas de Manejo”. http://www.gob.mx/conanp/acciones-y-programas/areas-naturales-protegidas-decretadas

[3] Cálculo elaborado con base en el presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2017, monto aprobado para la Conanp,  ajustado a la inflación año base 2016.

[4] http://www.eluniversal.com.mx/articulo/nacion/sociedad/2016/12/2/crearan-reserva-de-la-biosfera-del-caribe-mexicano

[5] Bezaury-Creel et. al. 2011. Brecha en el financiamiento de las áreas naturales protegidas federales de México. Fases I y II. Conanp, The Nature Conservancy.


[ Por Gina Chacón Fregoso ]

[ Artículo en El Universal ]