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Feminicidios, infanticidios y feticidios

La semana pasada Ramen Natán representante de una organización que defiende y protege los derechos humanos de los Dalits en India realizó una visita a Fundar, Centro de Análisis e Investigación. Los Dalits son un grupo social integrado por varios idiomas y distintas etnias en ese país y son alrededor de 240 millones de personas. En el sistema de castas, el cual no ha sido erradicado, pertenecen a la casta inferior de la sociedad denominada los intocables, que viven en situación de vulnerabilidad, pobreza extrema, exclusión y discriminación. 

Ramen Natán estaba interesado en la situación de derechos humanos en México. Preguntó por los derechos de los campesinos, de los trabajadores, de los pueblos indígenas y de las mujeres.

Cuando se expuso la situación de las mujeres y de las distintas formas de violencia que sufren, en especial del feminicidio, su reacción fue de no comprensión y preguntó ¿feminicidio? ¿por qué matan a las mujeres? Estas preguntas nos tomaron por sorpresa y se le respondió diciendo que era una suerte de crimen de odio, pensando que este concepto le sería más conocido. Sin embargo, su pregunta no era de orden conceptual, el sistema de castas esta fundamentado en el patriarcado.

Su pregunta era muy concreta ¿cuáles son las razones por las que matan a las mujeres? Es decir, más allá del crimen a las mujeres en México, lo que quería entender es cómo se expresa el patriarcado en México. 

¿Qué son los feminicidios? ¿Cuál es el origen de esta atrocidad? ¿Cómo explicar un fenómeno que nos remite a la barbaridad? ¿Qué nos hace caer del otro lado de la línea divisoria de los derechos humanos entre el mundo civilizado y la barbarie? ¿Cuál es ese otro lado? El origen de este crimen se enraíza en un sistema dominante de valores, un sistema social, cultural, económico y político que considera a las mujeres como inferiores y las subordina a la dominación del otro sexo, los hombres. Esta dominación es generalizada, universal y se llama patriarcado.

En realidad lo que dejó perplejo a nuestro visitante es que en México el patriarcado se expresa de una forma violenta diferente a la en que se expresa en India y nos contó que un problema de violencia de género muy grave en su país son los infanticidios y feticidios. 

Un rasgo compartido entre India y México, así como con muchos otros países, es que matan a las mujeres por razón de género, por ser mujeres, porque el sistema patriarcal en el que vivimos las desvaloriza y las considera inferiores. En India existe ilegalmente el sistema de dote, lo cual aunado a las condiciones de pobreza extrema aceleradas por el neoliberalismo y la acumulación de capital y bienes, contribuyen a la idea de que las mujeres son una fuerte carga económica fuera de cualquier proporción, por lo que hay que evitar tenerlas. Matar a las niñas recién nacidas o abortar los fetos de sexo femenino si bien está prohibido por la ley, está socialmente aceptado. No hay cifras del numero de infanticidios y feticidios en India pero desde 1990 un articulo de Amartya Sen cuestiona la desaparición de cien millones de mujeres en el Sudeste Asiático lo cual ha puesto a la luz la gravedad de este fenómeno. 

En México, cuando las mujeres transgreden los arreglos sociales impuestos por el patriarcado, en particular los roles de género que dictan que el espacio de las mujeres es el privado (el hogar), criar y cuidar a sus hijos, se exponen a una situación de mucha vulnerabilidad. Pierden no sólo la protección familiar sino en ocasiones también del Estado, es una realidad que aunque sea castigado también por la ley, matar a mujeres transgresoras en algunos lugares está socialmente aceptado. 

Así, al final del día, los patriarcados expresan su violencia de distintas maneras y a través de diversas prácticas según sea el país y la cultura.

En India la violencia femicida se ejerce sobre las mujeres, y de manera muy especifica antes de la vida, sobre los fetos y las niñas recién nacidas (feticidio e infanticidio femeninos). En México la violencia femicida se ejerce específicamente sobre mujeres jóvenes que trabajan y ocupan espacios públicos (transportes, calles, etc.) y horarios públicos o laborales. 

En conclusión, es primordial cambiar en nuestras sociedades la desigualdad entre hombres y mujeres. Por esta y muchas razones más, las feministas y varias organizaciones que defienden los derechos humanos de las mujeres alzan la voz y los gobiernos están obligados a escuchar.

Por Cecile Lachenal