Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Las parteras profesionales y su capacidad transformadora

Las parteras profesionales en el estado de Guerrero constituyen un claro ejemplo de transformación: empodera a las mujeres que estudian para ello y además es una alternativa para garantizar el derecho a la salud para mujeres en todas sus diversidades.

Después de un camino largo y sinuoso de 7 horas saliendo de la Ciudad de México se llega a Tlapa de Comonfort, la zona de la montaña en Guerrero, en dónde se encuentra la Escuela de Parteras Profesionales del estado de Guerrero (en adelante Escuela) que fue creada en agosto del 2012 como un organismo público descentralizado con patrimonio propio lo que garantiza su operación en el tiempo[1]. A la Escuela han ingresado alrededor de 160 alumnas, provenientes de diversas comunidades en municipios de la montaña como Tlapa, Metlatonoc, Copanatoyac, Atlixtac, Iliatencio, Tlacuachislahuaca en la Costa Chica, entre otros. La mayoría de las jóvenes que ingresan habla alguna lengua materna como el tlapaneco, náhuatl, Me phaa y Ñuu Savi y, en palabras de ellas, desean regresar a sus lugares de origen para ejercer su profesión y ayudar a las mujeres de su comunidad.

De acuerdo con Karla (nombre ficticio) una partera profesional recién egresada que tuve oportunidad de entrevistar el pasado 4 de abril[2], la formación que reciben es estricta e incluye materias como anatomía, fisiología, farmacología, ginecología obstetricia y partería que se refuerzan desde el segundo semestre, con el ejercicio de la práctica clínica y que les permite desarrollar sus conocimientos y habilidades: desde procedimientos básicos como inyectar, suturar hasta  participar en distintas áreas hospitalarias e integrarse a equipos multidisciplinarios complejos en donde muchas veces se ponía en cuestión sus conocimientos y capacidad de toma de decisión por opiniones discriminantes. Así lo cuenta Karla en una de sus experiencias durante la práctica clínica en el área de Toco cirugía en donde un médico le dijo: “como una niña como tú va a poder atender a una mujer”. Karla acaba de egresar hace 3 meses de la Escuela y en ese tiempo ya ha atendido a mujeres en su comunidad: “me gustaría trabajar en las comunidades sobre todo en los Centros de Salud porque les niegan la atención a las mujeres porque hablan lengua, o porque visten mal o porque no quieren”. Lo cierto es que la formación, la conciencia de proveer a las mujeres de servicios de salud materna de calidad que atiendan sus necesidades, han tenido un poder transformador en Karla quien ahora puede tender un puente entre los servicios de salud formales y las especificidades de las mujeres de las comunidades: “yo refiero a mis pacientes, pero me quedo con ellas, si el ginecólogo le va a hacer una cesárea le pido que me indique cuándo lo va a hacer, qué necesita y yo así se lo comunico a mis pacientes y a sus familiares”.

Diversos estudios han referido que las parteras profesionales desempeñan un papel fundamental para garantizar un continuo en la atención a las mujeres y recién nacidos durante el periodo prenatal, el embarazo, el parto y el postparto.[3] Igualmente, logran establecer un vínculo intercultural fundamental que permite que su trabajo sea reconocido con las mujeres de las comunidades logrando que ellas puedan acceder a servicios de salud que son fundamentales en su vida. En muchos casos, las mujeres tomaron la decisión de dejar de acudir a monitorear su salud debido a factores institucionales como el maltrato o la demora en la atención, durante el embarazo o al momento del parto[4].

Lo cierto es que las parteras profesionales no pueden hacerlo por si solas. Se requiere seguir avanzando a un mayor acompañamiento institucional que permita que las parteras sean parte del engranaje del sistema de salud y de los distintos programas que lo integran para que sean verdaderas agentes de cambio que abonen a garantizar que más mujeres accedan a servicios de salud. Un primer paso es sin duda que cuenten con un contrato de trabajo formal conforme al Código de Contratación de Parteras Profesionales existente en México que reconoce a la profesión como tal y que precisa el tabulador salarial, así como lo que las parteras pueden hacer.

Otro aspecto fundamental es el lugar que las parteras profesionales puedan ocupar dentro de una estrategia más amplia de salud en distintos niveles. Las parteras requieren contar con el reconocimiento institucional de sus saberes y su capacidad de atención en la salud de las mujeres por lo que es importante que se coloque en la agenda pública el tipo de coordinación o colaboración que se puede establecer cuando las parteras detecten una emergencia obstétrica o algún caso de violencia y que sus dichos no sean cuestionados sino, apoyados. El respaldo institucional, principalmente del sector salud, es fundamental para que las parteras sean agentes de cambio que inspiren a otras mujeres para que se preparen y logren cambiar su propia situación y para cambiar la situación de las mujeres en los ámbitos rurales y urbanos.

[1] Decreto 1258 por el que se crea la Escuela de Parteras Profesionales del estado de Guerrero, p.4

[2] Entrevista realizada el 4 de abril de 2017 en Tlapa de Comonfort.

[3] Comité Promotor por una Maternidad Segura en México. (2014). El estado de las Parteras en el Mundo 2014. Oportunidades y Retos para México.

[4] Agoff, C., A. Rajsbaum,  C. Herrera , 2006. Perspectiva de las Mujeres Maltratadas sobre la Violencia de Pareja en México (Abused Womens Perspective on Partner Violence in Mexico). Salud Publica de México (Public Health in Mexico), 48(2), 307–314.


[ Por Cecilia Toledo Escobar ]

[ Artículo en el Universal ]