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Recorte al gasto público: tres condiciones que deben cumplirse

Hace unos días Reino Unido decidió dejar la Unión Europea. Horas después el peso mexicano se había depreciado superando los 19 pesos por dólar. Más tarde, el gobierno mexicano anunció un recorte adicional al gasto público en nuestro país de 31,715 millones de pesos para el año 2016. Ante este contexto internacional complejo y cambiante las decisiones del gasto público en nuestro país se vuelven mucho más relevantes, especialmente las que se refieren a su revisión estructural para gastar mejor y menos superfluamente. Dado el recorte adicional de gasto público anunciado hay tres condiciones que no pueden faltar.

  • Debe quedar muy claro, con todo detalle, en qué rubros se está recortando. No debe haber vaguedades ni generalidades al respecto. Es fundamental que se explique qué gasto específico se va a recortar dentro de un programa presupuestario, tanto por partida general como por partida específica. Entonces la primera condición es que exista total transparencia y rendición de cuentas sobre los recortes al gasto, tanto por el lado de los criterios y justificaciones utilizadas para decidir los recortes como por el lado de los datos desagregados hasta la unidad de análisis más detallada.
  • Hacer un recorte al gasto corriente no es una tarea menor ni sencilla. No es fácil recortar gasto corriente sin afectar derechos y desarrollo social. En el gasto corriente hay muchos rubros que tienen impactos sociales importantes, como el pago de doctores, compra de medicinas, por citar algunos ejemplos. En el ideal, los recortes al gasto corriente deberían tomar en cuenta el impacto social en los programas presupuestarios. Especialmente, para que los recortes no generen mayor rezago social.
  • Las decisiones tomadas sobre el gasto y sus recortes deben ser evaluadas. Como país necesitamos saber qué efectos e impactos están teniendo estos recortes. ¿A qué personas o población están perjudicando? ¿Implican afectación a la provisión de un servicio público? ¿Qué pasará con los indicadores, objetivos y metas de los programas presupuestarios? ¿Los recortes son regresivos, es decir, afectan a los más vulnerables? En fin, hay una serie de preguntas y dudas sobre los recortes del gasto que deberían contestarse.

Adicionalmente, los recortes deben hacerse en estricto cumplimiento de las leyes en la materia. La Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria (artículo 21) establece diferentes circunstancias en las que los ingresos son menores a los esperados y enlista los rubros de gasto que deberían de ser los primeros en recortarse.  Por ejemplo, 1) los gastos en comunicación social, concepto que por cierto en el agregado nunca se recorta, 2) gastos administrativos que no estén vinculados directamente a la atención de la población, 3) gasto en servicios personales especialmente el que esté relacionado con percepciones extraordinarias, entre otros.

En el contexto internacional volátil que se vive, con decisiones importantes en materia de finanzas públicas y de gasto como la reciente fusión de diversos programas públicos en uno solo (la estructura programática del año pasado) y en la víspera de la presentación del Presupuesto 2017, la revisión del gasto público continúa siendo necesaria. Está tarea no está para nada terminada, al contrario, apenas comienza.  Las medidas de austeridad que el gobierno está llevando a cabo, los ahorros que se están generando, los recortes de gasto que se están proponiendo, las promesas de recortes que no se han cumplido, deben ser considerados en la siguiente discusión presupuestaria, tomadas en serio y evaluadas para, primero generar credibilidad en los anuncios presupuestarios,  segundo, entender los resultados e impactos que están teniendo éstas políticas y tercero, para poder mejorar la calidad del gasto público.

Es verdad que, en el contexto internacional, el horno no está para bollos pero tampoco en el nacional. Con Brexit y sin él, la famosa reingeniería del gasto público continúa siendo una tarea pendiente.

Por Liliana Ruiz Ortega