Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Relevos en el Banco de México

El nuevo gobernador del Banxico debe continuar con una inflación a la baja, incrementar aún más las tasas de interés para evitar la fuga de capitales sin afectar la inversión directa en México y mantener una adecuada coordinación con la SHCP para ejecutar la política económica del país.

Una de las razones por las que México ha mantenido su estabilidad económica en las últimas décadas es por la actuación del Banco de México (Banxico). Agustín Carstens, después de casi ocho años como gobernador del Banco de México, anunció que lo dejaría en junio 2017 para asumir el cargo de gerente general del Banco de Pagos Internacionales (BIS por sus siglas en inglés). Sin embargo, el presidente Peña Nieto le hizo la petición de cambiar su fecha de salida hasta el 30 de noviembre y el plazo ya llegó.

Ahora, el Ejecutivo tiene que proponer al Senado un nuevo miembro de la Junta de Gobierno para su ratificación. Una vez integrada la Junta, deberá nombrar a uno de ellos como el nuevo titular del Banxico. Pero si eso no sucede en tiempo, el integrante de la Junta de Gobierno más antiguo tendría que asumir el cargo de gobernador interino.

Las condiciones que encontrará el nuevo gobernador son bastante adversas como la caída del precio del petróleo, los menores flujos de capital externo y el aumento de las tasas de interés, junto con las posibles repercusiones negativas de una eventual cancelación del Tratado de Libre Comercio por parte de Estados Unidos.

Recordemos cómo el Banco de México alcanzó su autonomía en 1993 después de la crisis de la década de los ochenta, cuando salieron del país más de 20 mil millones de dólares y se llegó a tener una inflación de 156 %; como consecuencia, se nacionalizó la banca y con ello se enfrentaron grandes tensiones políticas. A partir de entonces se comenzaron a robustecer las labores del Banco de México.

Con el nuevo modelo del órgano constitucional autónomo se trató de garantizar que no hubiera injerencia del Ejecutivo en las decisiones de la política monetaria. De hecho, dicho modelo fue retomado en otras instituciones como forma de blindarse ante la intromisión presidencial.

La autonomía del Banxico ha traído discrepancias con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) en lo que respecta a la coordinación para ejecutar la política económica del país. Por ejemplo, mientras el Banxico emite recomendaciones para bajar la proporción de la deuda pública respecto al PIB, la SHCP elige un mayor endeudamiento.

Banxico es el encargado de controlar la inflación. En los noventa ayudó a reducirla de dos dígitos a uno. Actualmente se mantiene en 6.37 %. Otra de sus grandes funciones es mantener las inversiones en el país, por ello cuando la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) sube la tasa de interés el Banxico también lo hace para evitar que los inversionistas se vayan.

Por lo tanto, el nuevo gobernador del Banxico tiene grandes retos: continuar con una inflación a la baja, incrementar aún más las tasas de interés -si la Fed lo hace- para evitar la fuga de capitales sin afectar la inversión directa en México y mantener una adecuada coordinación con la SHCP para ejecutar la política económica del país.

Es importante continuar con la credibilidad y autonomía de esta institución; para ello es imprescindible una designación en tiempo, ordenada, con criterios claros y públicos. Cabe resaltar que los requisitos de idoneidad solo están previstos para ser integrante de la Junta de Gobierno más no para ser gobernador, por lo que adicionalmente deberá tener independencia, autonomía, reconocimiento de los sectores público y privado y probidad.

El Senado de la República y el presidente deben fundamentar sus decisiones y publicar toda la información de este proceso. De la decisión que tomen depende el curso de la política monetaria y con ello la estabilidad económica del país.