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Yucatán, el estado “más seguro” del país

La Encuesta Nacional de Inseguridad 2009 elaborada por especialistas del Instituto Ciudadano de Estudios sobre la Seguridad (ICESI) reveló que Yucatán es el mejor calificado en materia de seguridad –en contraste con los estados de Chihuahua, Sinaloa, Baja California, Distrito Federal y Guerrero, que son calificados como los más peligrosos y ocupan los últimos lugares.

De entrada, las cifras que arroja la Encuesta sobre la prevalencia en la incidencia delictiva sobre los porcentajes de la llamada “cifra negra” de delitos y principalmente, sobre la percepción de las y los ciudadanos sobre la inseguridad y la actuación de sus autoridades son sugerentes y pudieran ser edificantes. Sin embargo, el contraste es obligado cuando nos topamos con cifras que matizan drásticamente estos resultados.

De acuerdo a datos presentados por organizaciones locales de derechos humanos en dicha entidad y por la propia Comisión estatal de Derechos Humanos, Yucatán también ocupa los primeros puestos en violencia feminicida y en crímenes por homofobia.

Es decir, debajo de esta aparente superficie transparente y tranquila, hierve un contexto social que pareciera producir y replicar sistemas de pensamiento (ideas, valores, roles diferenciados entre hombres y mujeres) que decantan en modelos de dominación, sumisión, desigualdad y discriminación que muchas veces producen daños irreparables.

La realidad que vive esta entidad no es un fenómeno aislado, es una realidad que tristemente se replica en grados distintos en el resto de las entidades del país. Quizá hoy, que celebramos en México el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, valdría la pena hacer está reflexión.

Ahora sí, toca preguntarse: ¿para quién es Yucatán el estado más seguro? Y la pregunta inevitablemente me lleva a concluir que lo es para muchos, excepto para las mujeres y para aquellas personas con una preferencia sexual distinta.

Miguel Moguel