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Ahora es cuando México debe proteger a los migrantes

Foto: AdobeStock

Los retos migratorios que enfrentará México con Trump no son nuevos. ¿Será que necesitábamos un escenario aún más adverso para actuar a favor de los migrantes y refugiados de nuestra región?

Después de la inesperada victoria de Donald Trump como presidente electo de Estados Unidos, México debe prepararse para los impactos negativos si los planes de Trump se vuelven realidad. Uno de los ámbitos donde nuestro país podrá ser afectado es claramente en el tema migratorio. Por ello, no solo será necesario que el gobierno mexicano dirija esfuerzos y recursos para defender a las y los migrantes mexicanos en Estados Unidos, también lo será acoger a los migrantes y refugiados centroamericanos aquí, ya que ellos podrían considerar cada vez más a México como un posible país de destino.

En el tema migratorio, Trump ha presentado propuestas bastante polémicas, desde construir (más) muros fronterizos entre México y Estados Unidos, hasta la deportación masiva de migrantes que él considera como criminales. Esto significará la agudización de varios problemas públicos en México: ¿Cómo defender a los connacionales que desean quedarse en Estados Unidos y ven sus oportunidades amenazadas? ¿Cómo apoyar a los mexicanos que decidan retornar a México por su propia voluntad ante este escenario? ¿Cómo reinsertar a los mexicanos que serán deportados a la sociedad? ¿Cómo mantener unidas a las familias transnacionales?

Si bien estos retos son enormes, no son temas nuevos para el gobierno mexicano. El actual presidente Obama ya ha deportado a 2,4 millones de migrantes entre 2009 y 2014, la gran mayoría de ellos son mexicanos. El Pew Research Center ha publicado cifras sobre el retorno de muchos migrantes a México: un poco más de un millón han regresado entre 2009 y el 2014. A todo esto se suma que todavía hay muchos mexicanos y mexicanas que están saliendo de nuestro país por motivos diversos que también incluyen la violencia, en particular en algunos estados como Guerrero y Michoacán. Será todavía más difícil atender todos estos fenómenos que ya ocurren de manera paralela, con un presidente estadounidense abiertamente racista como Trump.

Al mismo tiempo, no hay que olvidar que nuestros vecinos del sur, en particular de los países del triángulo norte de Centroamérica, sufrirán los mismos impactos de este evento electoral: será más difícil que puedan entrar a Estados Unidos y recibir protección. Pero no olvidemos que para los migrantes de Guatemala, El Salvador y Honduras lo más difícil ya era el paso por México, un camino lleno de peligros, tanto por parte de grupos criminales como de funcionarios que cometen abusos contra ellos. En particular desde mediados de 2014, México se ha convertido en un muro invisible: la implementación del Programa Frontera Surimposibilitó aún más una migración con dignidad. Ahora con Trump es posible que se agudicen las tendencias en relación con la migración centroamericana que ya se vienen anunciando. Estas son algunas:

  • Los migrantes y refugiados del triángulo norte de Centroamérica verán sus posibilidades de llegar a Estados Unidos aún más limitadas, lo cual significa que considerarán a México cada vez más como su destino. Frente a este fenómeno, México tendrá que facilitar que estas personas accedan a la condición de refugiado, pero también a otras vías de regularización para esta población, que ahora difícilmente puede acceder a una estancia regular, por no cubrir los requisitos o no poder pagar los costos que estos trámites implican.
  • Además de brindarles la protección que las personas de Guatemala, El Salvador y Honduras merecen, se tendrá que mejorar el acceso a la justicia para los migrantes que son víctimas de delitos y de violaciones a derechos humanos en nuestro país. Como consecuencia de la política restrictiva mexicana hacia esta población, se ha visto un aumento en los delitos y violaciones a derechos humanos durante su tránsito o estancia en México. Las políticas públicas deben priorizar: aumentar las denuncias, realizar investigaciones serias de casos y sancionar a los responsables, sobre todo cuando se trata de servidores públicos involucrados. Además, el acceso efectivo a documentos migratorios que permita a los migrantes víctimas de algún delito, dar seguimiento a sus procesos. Cabe destacar que, en este rubro, el gobierno mexicano ha tomado medidas que han quedado en papel, como la creación de la Unidad para Migrantes de la PGR.

Son muchos los retos para México con la elección de Trump como próximo presidente de Estados Unidos. Pero estos retos respecto a la migración no son nuevos y algunas soluciones simplemente no han tenido el apoyo político ni el financiero del propio gobierno mexicano para avanzar. ¿Será que necesitábamos un escenario aún más adverso para actuar a favor de los migrantes y refugiados de nuestra región?

[ Por Jose Knippen ]

[ Artículo en Animal Político]