Era sábado temprano y yo ya estaba lista para salir. No era un sábado cualquiera ni una salida cualquiera. Era el sábado 26 de septiembre, fecha en la que se cumplía un año de la desaparición de los 43 jóvenes normalistas de Ayotzinapa y que sacudieron nuestro país y nos dolió en el alma. Era también el día en que mujeres y hombres, organizaciones de la sociedad civil, jóvenes, muchosniños y muchas niñas, en total unos 15,000, acompañamos a los padres y las madres de los normalistas para solidarizarnos en su búsqueda de justicia y de la verdad.
Junto con mis colegas de Fundar, Centro de Análisis e Investigación, nos unimos a la marcha a l...