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El turno de los pacientes

¿Tiene algún sentido insistir hasta el cansancio que cuando la historia se repite es porque la falla está en la estructura? Me parece que lo tiene si frente a tal diagnóstico nos atrevemos a tomar medidas de mayor profundidad. Precisamente por eso, por su carácter radical, profundo e inspirador, conviene retomar la historia de un grupo de pacientes del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y su larga lucha por sacudirse la injusticia administrativa que los rodea.

La historia comenzó en 2007, cuando las autoridades del INER iniciaron los trámites necesarios para llevar a cabo la remodelación de la Clínica 4 del INER, para mejorar la calidad del servicio médico que se brinda a pacientes con VIH. El proyecto original fue aprobado por un Comité Técnico bajo el nombre de “Remodelación y Equipamiento de Servicio Clínico 4” y se aprobaron recursos por un monto de $61,738,455.

Posteriormente, las autoridades sanitarias identificaron que las necesidades de las personas que viven con VIH y que son atendidas en el Pabellón 4, no podían verse satisfechas con una simple remodelación,y ordenaron la construcción de una nueva clínica. El proyecto recibió el nombre de Pabellón 13 y, a pesar de haber cumplico una infinidad de trámites administrativos, en 2012 fue cancelado de forma arbitraria.

Inconformes con esta omisión, un grupo de pacientes iniciaron una larga y admirable batalla legal. Pues bien, el pasado 15 de octubre la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), se pronunció por primera vez sobre el derecho al nivel más alto posible de salud y la protección especial de las personas que viven con VIH/SIDA. La Corte emitió senda sentencia en la que ordena la construcción de la clínica especializada para dar tratamiento a estos pacientea o la inversión pública necesaria para dar la misma atención que construir un hospital significaría.

Detrás de la resolución judicial subyace una antigua disputa entre la ciudadanía y autoridades administrativas por el uso efectivo y adecuado de los recursos públicos. En nuestro país, frente a gobiernos inoperantes, históricamente las alternativas jurídicas de las personas eran prácticamente nulas. Pero la persistencia del Comité de Usuarios del INER logró que, al menos en un criterio judicial, ahora podamos decir que el gobierno nos tiene que dar las cuentas y dejarse de cuentos.

La Corte reconoció que, cuando se trate del derecho a la salud, al gobierno no sólo le bastará alegar una supuesta falta de recursos, sino probar dicha situación y demostrar que han utilizado hasta el máximo de los recursos con que cuenta.

Cierto, a los pacientes les queda el reto de la implementación y ejecución de la sentencia. Pero por lo pronto el Máximo Tribunal del páis ha dicho que los pacientes tienen derecho a un tratamento médico digno y apropiado, ya sea mediante la remodelación del Servicio Clínico 4 en el que actualmente son atendidos, o bien mediante la construcción del Pabellón 13. Así que después de un largo caminar, parece que finalmente ha llegado el turno de los pacientes.

Miguel Pulido

http://www.eluniversalmas.com.mx/editoriales/2014/10/72960.php