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FONSABI debe fortalecerse y ampliar su cobertura con el uso adecuado de recursos

  • Preocupa el debilitamiento financiero que el Fondo de Salud para el Bienestar (FONSABI) ha tenido en los últimos dos años y que continúa en la Iniciativa de Ley de Ingresos de 2022.
  • En dos años, por ley, se ha ordenado disponer de hasta 73,000 mdp del FONSABI para financiar al INSABI, la pandemia y otras acciones de salud. El Fondo ha tenido una reducción real de 44% de sus recursos en el periodo 2019-2021.
  • A partir de su creación, el INSABI amplió su cobertura a 68 millones de personas para garantizar el financiamiento de 66 intervenciones. No es viable pretender atender a más personas y a la par quitar parte de los recursos para financiar las enfermedades de alto costo.
  • Hay un riesgo importante de que esta disminución financiera se traduzca en el corto y mediano plazo en menos tratamientos y atenciones brindadas oportunamente a pacientes.

Ciudad de México a 20 de septiembre de 2022.- En 2022, en la Iniciativa de Ley de Ingresos de la Federación (LIF 2022) se planea, de nueva cuenta, disponer de remanentes del FONSABI. El artículo décimo cuarto explicita que dichos recursos se usarán para la adquisición de las vacunas, la atención del Covid-19 y el fortalecimiento de los programas y acciones en materia de salud. Si bien es estratégico movilizar recursos para enfrentar la pandemia, esto no debe hacerse a costa de las y los pacientes del INSABI.[1]

El FONSABI es una herramienta del INSABI que financia principalmente 66 intervenciones de padecimientos de alto costo como algunos tipos de cáncer,  trasplantes, el VIH, malformaciones congénitas y/o adquiridas, etc. El FONSABI fue creado en la reforma a la Ley General de Salud (LGS) en 2019 y sustituyó al antiguo Fideicomiso del Sistema de Protección Social en Salud, que operó desde 2004. El 73 % de sus ingresos se usan para financiar estas enfermedades y así evitar que las familias incurran en gastos catastróficos. La gran ventaja de que los recursos están depositados en un fideicomiso es que éste puede ir acumulando recursos para cubrir sus fines en el largo plazo, evitando que éstos tengan que regresar a la Federación año con año.

Sin embargo, preocupa que los recursos del Fondo se han reducido 44% en dos años pasando de 113 mil millones de pesos en 2019 a 64 mil millones de pesos en el segundo trimestre del 2021.[2] Esta  disminución tan importante de sus recursos obedece a tres reformas aprobadas en los dos últimos años, que toparon el monto anual que el Fondo puede gastar y/o acumular -estableciéndose en 32 mil millones de pesos- y permitieron al gobierno disponer del excedente de este monto.[3] De hecho, en dos años, por ley, se ordenó retirar del Fondo hasta 73 mil millones de pesos, etiquetándolos para el INSABI y/o la compra de vacunas de Covid-19, desconociéndose -hasta la fecha- cuánto de ese monto ya se ha erogado.

Por ello, la propuesta contenida en la LIF 2022 que pretende disponer de todo el remanente resulta preocupante por varias razones. En primer lugar, porque, si bien es necesario atender la pandemia, esto no debe hacerse disponiendo de los recursos que están destinados a cubrir las enfermedades de alto costo de pacientes del INSABI, que no cuentan con un esquema de seguridad social. La disminución sustancial del patrimonio del fondo pone en riesgo la atención actual y futura de pacientes.  Desde su creación en enero de 2020, el INSABI eliminó la afiliación y amplió su cobertura a 68 millones de personas (16 millones más que el Seguro Popular). Este aumento elevará considerablemente los gastos del FONSABI.[4] De hecho, el CIEP ha calculado que el presupuesto actual del FONSABI puede ser insuficiente para financiar las 66 intervenciones con la nueva población objetivo.[5]

En segundo lugar, resulta preocupante que las tres reformas recientes del FONSABI solo hayan dispuesto de sus recursos y no hayan tenido como propósito fortalecerlo. Si bien la existencia del Fondo es positiva, su cobertura es aún limitada, pues en las enfermedades que sí son financiadas hay umbrales de edad para el acceso y existen ciertos padecimientos de alto costo que aún no son financiados por el mismo.[6] Entonces, el FONSABI, como instrumento del INSABI, tiene aún retos importantes de cobertura y accesibilidad. Incluso, preocupa que en los últimos dos años el gasto ejercido para financiar enfermedades de alto costo se redujo, pasando de 7 mil 715 millones en 2018 a 5 mil 642 millones de pesos en 2020 (una disminución de 27%).[7] Esto significa que cada vez se realizan menos intervenciones y se dan menos tratamientos para pacientes del INSABI con enfermedades de alto costo cubiertas por el Fondo.

Adicionalmente, desde la llegada de la nueva administración, de acuerdo a datos públicos y algunos generados por la iniciativa Cero Desabasto, las instituciones de salud, incluido el INSABI, han enfrentado problemas en el abasto de medicamentos, que ponen en riesgo la integridad física e incluso la vida de pacientes. Esta problemática afecta también a pacientes cuyos tratamientos se pagan del FONSABI. De hecho, al menos la mitad de las 66 intervenciones cubiertas por el FONSABI son tipos de cáncer en niños, niñas y personas adultas, que no están recibiendo sus tratamientos de forma oportuna. Esto pone en evidencia que el FONSABI debe fortalecer su funcionamiento.

En tercer lugar, lo incluido en la LIF 2022 aún deja varias dudas. Por ejemplo, a cuánto asciende exactamente el remanente que quieren retirar y cómo se podrá dar seguimiento a la ejecución, gasto y destino del mismo, una vez que sea enviado a la bolsa común de la TESOFE.

Por lo anterior, instamos al poder legislativo a discutir ampliamente las consecuencias de aprobar el artículo décimo cuarto transitorio de dicha iniciativa y buscar obtener recursos para la atención de la pandemia de otros rubros no tan prioritarios.

Exigimos a la Secretaría de Salud y el INSABI a fortalecer al FONSABI, ampliando su cobertura y efectividad, que se traduzca en que las personas que viven con enfermedades de alto costo reciban una mejor y más oportuna atención médica, evitando poner en riesgo su derecho a la salud y, en última instancia, su vida. El seguir retirando grandes sumas de dinero de su patrimonio, sin un análisis de cómo fortalecerlo, pondrá en jaque su funcionamiento presente y futuro, afectando sobre todo a pacientes del INSABI.

 

 

ATENTAMENTE,

Colectivo Cero Desabasto

Alzheimer México IAP

Asociación Mexicana contra el Cáncer de Mama, A.C., Fundación CIMA

Asociación Mexicana de Fibrosis Quística, A.C.

Asociación Mexicana de Lucha Contra el Cáncer

Asociación Mexicana de Psicología y Desarrollo Comunitario.

Central Ciudadano y Consumidor A.C. (Central Salud)

COMESAMA A.C. (Coalición Mexicana por la Salud Mamaria)

Corazón Rosa A.C.

Eli Lozano Yo luchó contra el cáncer A.C.

En Primera Persona A.C.

Fundación de Alba, A.C.

Fundación GIST México A.B.P.

FUNDACIÓN MAMAS SANAS, A.C.

Fundación Alma, IAP.

Fundación Mexicana para Enfermos Reumáticos, A. C. (FUMERAC)

Fundación Vivir con Crohn y CUCI A.C.

Fundar, Centro de Análisis e Investigación AC

Grupo Fabry de México, IAP.

Impunidad Cero

Nicoatole,A.C.

Nosotrxs por la Democracia AC

Organización Continental de Derechos Humanos a.c.

Pacientes en Acción, A. C.

PRO ONCAVI A.C. (Pro Oncología y Calidad de Vida)

Renace San Luis, A.C.

 

[1] Artículo décimo cuarto de la Iniciativa de la Ley de Ingresos de la Federación 2022.

[2] Datos obtenidos por Fundar con base en los Informes Trimestrales sobre la Situación Económica, las Finanzas Públicas y la Deuda Pública. Cifras en pesos constantes de 2021.

[3] Estas tres reformas se establecieron en el décimo transitorio de la reforma a la Ley General de Salud de 2019, en la adición de un párrafo segundo al artículo 77 bis 17, y en la modificación de párrafo segundo del artículo 77 bis 29, transitorio de la LGS.

[4] CNPSS, Informe de Resultados del Sistema de Protección Social en Salud Enero – Diciembre 2019, p. 8 y Yared de la Rosa, “Presupuesto del INSABI no es suficiente para cubrir a la población sin seguridad social”, Forbes, 22 de junio de 2021.

[5] Tomando en cuenta los siete padecimientos que más financió el fideicomiso en 2018, con la nueva población potencial del INSABI y sus tasas de prevalencia. el CIEP calculó que el costo de financiar estos siete padecimientos es de 27 mil 004.68 mdp, 4.67 veces más del monto pagado en 2018 (CIEP, Fondo de Salud para el Bienestar (FSB): cobertura y costos, 2020, pp. 12-15).

[6] El catálogo de 66 intervenciones del FONSABI no financia o cubre algunas enfermedades de alto costo como el lupus eritematoso, la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa crónica, la enfermedad renal crónica o algunos tipos de cáncer, entre otras.

[7] J. Senyacen Méndez Méndez y A. Llanos Guerrero, De Seguro Popular a INSABI: Mayor población con menor atención, CIEP, 2021.