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Justicia en tiempos de normalización de la violencia. El caso de Irene

Aunque seamos la mitad de la humanidad, las mujeres somos invisibles. En México, miles de mujeres desaparecen y ninguna portada de los principales periódicos de circulación nacional lo encuentra digno de informar. Miles de mujeres son asesinadas con extrema violencia, sadismo y misoginia y se quedan en el anonimato, en el dolor para sus familias y en la impunidad. Miles de mujeres son violentadas, agredidas físicamente, sexualmente, emocionalmente, económicamente y para las autoridades pareciera que cae dentro de lo “normal”.

Irene Cruz Zúñiga vive postrada en una cama desde hace 13 años, por una serie de fallas estructurales del sistema de salud, tanto en el primer nivel de atención medica a cargo de la Secretaria de Salud, como en el segundo nivel de atención a cargo del IMSS.

Porque allá, lejos de las ciudades, en las zonas campesinas que resisten frente al modelo de desarrollo neoliberal; allá, lejos de la “civilización”, en los territorios indígenas que resisten frente al modelo de desarrollo universal; allá, lejos de la medicina occidental, en los espacios de los saberes y practicas ancestrales que resisten a escondidas como si fueran herejía, embarazarse, dar a luz y morir o enfermarse y sufrir lesiones durante estos periodos de mucha vulnerabilidad para las mujeres es normal. Pasa comúnmente y, a veces, es cuestión de suerte.

Este es el discurso del Estado, retransmitido por la mayoría de los medios de comunicación, dirigido a una sociedad que no termina de reconocer bien los derechos de las mujeres y la necesidad de avanzar hacia la igualdad de género.
Cuando una mujer es violada, la respuesta de la autoridad es a través de declaraciones lamentables como “traía minifalda”. Esto es tan verídico como que en lugares como Parral, Chihuahua, se busca prohibir el uso de la minifalda. Cuando una mujer es agredida físicamente en las calles, la respuesta de la autoridades es declarar que “si una mujer sale a la calle, está tomando riesgos”. Por inverisímil que parezca, esta fue la respuesta de las autoridades de Chihuahua cuando los feminicidios de Juárez ya no podían ser escondidos. Y cuando las mujeres desaparecen, la respuesta de la autoridad presume que “se fue con el novio, al rato regresa”. Finalmente cuando una mujer muere durante el parto, según las autoridades fue porque no se cuidó o llegó tarde al hospital.

El discurso del Estado mexicano consiste en hacer responsables a las víctimas de la violencia que sufren y de las violaciones a sus derechos. Este discurso de “desresponsabilización” del Estado surge como corolario del desvío de poder hacia otro tipo de intereses. En sus más de 20 años de neoliberalismo el Estado ha reformado todas sus estructuras, políticas públicas y modus operandi ya no con el propósito de proporcionar bienestar a la población mexicana y asegurar la implementación progresiva e interdependiente de todos los derechos humanos, sino de encontrar salidas a la sobreacumulación capitalista global asegurando los beneficios de ciertos grupos empresariales nacionales y transnacionales relacionados con el poder político (para saber más sobre la idea de desvío de poder referirse a la acusación general en contra del Estado mexicano en el Tribunal Permanente de los Pueblos).

Visto con lentes de género, este desvío de poder significa reducir a lo insignificante las posibilidades de regulación de género, lo que termina por darle más poder a la dominación masculina, sea dejando que los vacíos del Estado se llenen por el poder patriarcal del Estado y un creciente control de los cuerpos de las mujeres (criminalización del aborto, esterilización forzada, tortura sexual, por ejemplo) o sea por vaciar de contenido y posibilidades a las instituciones que tienen la responsabilidad de fomentar condiciones de igualdad entre hombres y mujeres.

En este contexto complicado, este martes 04 de noviembre Fundar, Centro de Análisis e Investigación, y CIMAC presentaron en el Centro de Cultura Digital (CCD) el documental “#Justicia Por Irene: camino hacia la reparación del daño”, para exigir al Estado mexicano que repare el daño provocado a Irene y su familia hace 13 años. Con este documental exigimos se garantice la no repetición de los hechos para que las mujeres puedan ser atendidas y puedan tener acceso a los servicios del Estado sin ser víctimas de discriminación y para que la violencia contra las mujeres deje de ser considerada como algo normal en la vida de las mujeres.

Cécile Lachenal

http://www.animalpolitico.com/blogueros-res-publica/2014/11/05/justicia-en-tiempos-de-normalizacion-de-la-violencia-el-caso-de-irene/