En diciembre de 2013 se aprobó en la Cámara de Diputados la reforma hacendaria del presidente Enrique Peña Nieto. La propuesta incluyó diversas modificaciones a leyes relevantes1, entre ellas una para elevar a rango constitucional la pensión universal para adultos mayores. En concreto, se propuso reformar los artículos 4, 73 y 123 de la Constitución en materia de seguridad social universal. De acuerdo con el gobierno federal, el principal objetivo de este apoyo es proteger a las personas adultas mayores y ofrecer un respaldo económico ante caídas de sus fuentes de ingresos. En este artículo presento algunos datos interesantes e impresiones de expertos sobre la mencionada propuesta.
Contexto de las pensiones en México
1) El mercado laboral y el sistema de seguridad social en México son, por decir lo menos, complejos. Respecto al mercado laboral, las cifras que presenta la Auditoría Superior de la Federación (ASF) son contundentes: en el periodo 2007-2012, la población ocupada se incrementó en 5.1 millones de personas. Sin embargo, el 74.5% de estas personas se empleó en actividades informales. En lo que se refiere a la seguridad social, las cifras de CONEVAL señalan que 61.2% de los mexicanos carecen de acceso a la seguridad social. Asimismo, 66.3% de las personas mayores de 65 años nunca ha cotizado en los sistemas de seguridad social. Los datos corroboran lo que observamos a diario: por un lado, una cantidad alarmante de mexicanos trabajan en el sector informal y por el otro, la falta de cobertura es uno de los problemas más graves que enfrenta la seguridad social. Mucha gente está fuera de la mínima protección social.
2) El sistema de pensiones en nuestro país presenta realidades diversas, con características y opciones de apoyo para los jubilados diferentes. Por un lado, están los asalariados y los no asalariados. Por otro lado, dentro del grupo de los asalariados las pensiones difieren según el lugar de trabajo. No es lo mismo jubilarse con una pensión de Pemex, CFE o la banca de desarrollo, que con una pensión promedio de las principales instituciones de seguridad social en el país. Por ejemplo, de acuerdo con el Centro de Estudios Espinosa Yglesias, los montos de pensiones existentes en la banca de desarrollo son considerablemente más altos que las pensiones del IMSS o del ISSSTE. En promedio superiores a $56 mil pesos mensuales2. La situación en los estados difiere también de lo que pasa a nivel federal, donde cada estado puede determinar el tipo de programa de pensiones y las leyes reglamentarias. Y en muchos casos no existen fondos de reservas suficientes para hacer frente a los compromisos por pensiones que se presenten3.
La pensión universal
1) En el paquete económico 2014 se propuso una pensión universal que otorga a los adultos mayores de 65 años un monto de jubilación mensual de $1,092 pesos (como objetivo a alcanzar en 15 años). Originalmente, uno de los requisitos para ser beneficiario era no recibir ingreso alguno por concepto de pensión a través de las otras instituciones de seguridad social. Además, se requería que el ingreso mensual de las personas fuera menor a 15 salarios mínimos. En Cámara de Diputados se hicieron modificaciones y se cambió el requisito de no recibir ingresos por alguna pensión. Ahora las personas pueden recibir el beneficio del programa aunque cuenten con una pensión por parte de alguna institución de seguridad social, siempre que el monto de ésta sea menor a los $1,092 pesos mensuales4.
2) De acuerdo con estimaciones del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), con el cambio de requisitos realizado en Cámara de Diputados, el programa de la pensión universal se vuelve ligeramente más regresivo que el programa que estaba vigente en 2013 (Pensión para Adultos Mayores) y que fue el antecedente de la pensión universal. Es decir, aunque el nuevo programa beneficia en mayor medida a los grupos de población más pobres, el beneficio que reciben estos sectores es menor en comparación con el programa anterior5.
3) Adicionalmente, llama la atención que el monto de apoyo de $1,092 pesos se alcanzará en un plazo de 15 años. Es decir, el programa implica costos futuros grandes para los próximos gobiernos, no solo para el actual. De acuerdo con CIEP, para 2014 se aprobaron más de $46 mil millones de pesos por concepto de subsidios y transferencias para la pensión universal. Para 2028, cuando se tiene que cumplir la meta de los $1,092 pesos por pensionado, se necesitarán más de $221 mil millones de pesos para cubrir al total de la población beneficiaria potencial6. Lo que implica costos del programa de casi cinco veces más de lo aprobado para 2014.
Las presiones de gasto en nuestro país continuarán en los próximos años y es necesario que el gobierno federal y los gobiernos locales continúen impulsando mecanismos para mejorar el manejo de los pasivos laborales (como las pensiones y jubilaciones). Además, tal como la ASF ha señalado, es fundamental continuar fortaleciendo el marco legal para transparentar la totalidad de las obligaciones financieras y los demás pasivos –como las deudas federal, local, pasivos contingentes (como lo son las pensiones)– para tener más claro su tendencias y riesgos. Respecto a la nueva pensión universal, tal como señaló CIEP, es necesario vigilar la sostenibilidad de largo plazo de este programa y los costos adicionales que implica para las finanzas públicas en lo general.
1 Ver http://www.diputados.gob.mx/PEF2014/ para obtener mayor información de las iniciativas de ley incluidas en el paquete económico 2014.
2 Centro de Estudios Espinosa Yglesias, “El México del 2013. Propuesta para una Pensión Universal”, Primera Edición 2013.
3 Ibídem
4 Para mayor información ver: Villa Juárez, Sunny Arely. “Presupuesto para la Pensión Universal 2014”. Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP). http://ciep.mx/
5 Ibídem.
6 El valor de los $1,092 pesos actualizado por inflación en 2028 sería de aproximadamente $1,891 pesos a valor presente.
*Liliana Ruiz
