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México debe avanzar hacia modelos energéticos que apuesten por la justicia social y climática

  • La administración de López Obrador cumplió con su compromiso de poner freno a la Reforma Energética aprobada en el sexenio de Peña Nieto y de recuperar el control del sector por el Estado.
  • El giro significativo dado en materia energética no se ha traducido en la superación del modelo extractivista fósil.
  • La soberanía energética debe superar el extractivismo y hacerse cargo de la grave crisis climática, garantizando el respeto a derechos humanos y la participación social y comunitaria.

Ciudad de México, a 15 de junio de 2022.- Fundar, Centro de Análisis e Investigación publicamos el estudio A medio camino. Balance y pendientes de la política energética del sexenio 2018-2024.  Este trabajo forma parte de los esfuerzos de la organización por evaluar el comportamiento de las políticas del sector extractivo en México y en especial sobre las implicaciones de la Reforma Energética de 2013. En esta investigación, presentamos un balance sobre la nueva política que la administración de López Obrador impulsó para el rescate del sector energético, reconociendo avances, pero también desafíos.

Entre los aspectos más relevantes se analizan las vías y estrategias por las cuales el Ejecutivo puso freno a la Reforma Energética de 2013, de corte neoliberal, y así lograr que el Estado retome el control de PEMEX y la CFE con miras a convertir a México en un país soberano en materia energética, uno de los principales compromisos de este gobierno. De la misma manera, se hace un recuento de las acciones ejercidas por el sector empresarial, potencias extranjeras y otros actores para obstaculizar las políticas e iniciativas impulsadas por el Ejecutivo.

La investigación pone en evidencia que el giro dado por la actual administración en materia energética no se ha traducido en la superación del modelo extractivista, que se profundizó con las últimas administraciones a partir de la firma del TLCAN. La apuesta por incrementar la producción petrolera de forma sostenida; por aumentar exponencialmente la refinación de hidrocarburos; así como la continuidad de proyectos y presupuestos para fracking, demuestran que la orientación extractivista continúa.

Muestra de ello es la autorización a PEMEX, por parte del Congreso, de 15 mil 212 millones de pesos, en el actual Presupuesto 2022, proyectos de inversión que requieren el uso del fracking.  Lo que ha pasado por alto el compromiso del presidente López Obrador de no llevar a cabo en México.

A pesar del rescate económico por parte del Estado hacia el sector petrolero, la meta de lograr 2.6 miles de barriles diarios (mbd) para el final del sexenio dista de cumplirse. El dato más actualizado por la Comisión Nacional de Hidrocarburos muestra que en abril de 2022 la producción nacional cayó a 1 millón 607 mbd, es decir cerca de 1 mbd menos de lo proyectado.   Apostar al crecimiento ilimitado de la producción petrolera no solo implica continuar perpetuando los impactos ambientales, climáticos y sociales del extractivismo, sino que resulta una caída al vacío ante el declive sostenido y comprobado de las reservas.

Si bien es necesario destacar que el Plan Nacional de Desarrollo (PND), el Programa Sectorial de Energía (PROSENER) y las iniciativas de reformas para el sector eléctrico establecieron un conjunto de estrategias para avanzar hacia una transición energética con enfoque social, comunitario y respetuosa de los derechos colectivos, dicha propuesta no se ha materializado a en una política ambiciosa con presupuestos suficientes para hacer frente a la crisis climática. La gran desproporción presupuestal entre lo autorizado para el sector fósil en comparación con lo destinado al combate de la crisis climática es prueba de ello.

Mientras que a las empresas del Estado dedicadas a la producción de energéticos, que privilegian la explotación de fuentes fósiles, se les autorizaron en 2022, por el Congreso, 636 mil 281 millones de pesos, en el caso de PEMEX, y 564 mil 804 millones para la CFE. A todo el presupuesto del Anexo 16 destinado a la agenda climática solo se le asignaron 66 mil 542 millones de pesos. En total los recursos del modelo fósil (PEMEX y CFE) equivalen a 16.3 veces el presupuesto del Anexo 16.

Aun cuando ha sido determinante el objetivo del Estado por fortalecer a PEMEX y a la CFE para avanzar en la soberanía y la autosuficiencia energética, el proceso no debe soslayar aspectos fundamentales como la crisis climática y los impactos en derechos humanos a las comunidades locales. Ello implica replantear el modelo y las estrategias con que han venido operando estas empresas, orientadas bajo una visión extractivista. Una señal de cambio, relativamente fácil de implementar, sería que PEMEX deje de apostar a proyectos de fracking y que, de la mano del Ejecutivo y el Legislativo, se aprueben alguna de las 8 iniciativas de prohibición que siguen congeladas en el Congreso. De lo contrario el compromiso presidencial quedará en letra muerta.

Lograr la soberanía y la autosuficiencia energética resulta fundamental para México, pero en el contexto actual este principio no debe anclarse bajo el paradigma extractivista ni bajo la potestad exclusiva del Estado. Más bien debe propiciarse la diversificación equilibrada de la matriz energética, impulsando sí la generación de fuentes renovables, pero desde proyectos descentralizados y comunitarios, garantizando la participación efectiva de las comunidades y una distribución justa y equitativa en los beneficios. Desde Fundar llamamos a avanzar hacia modelos energéticos que apuesten por la justicia climática y pongan en el debate la necesidad de replantear la lógica actual del desarrollo, basado en el crecimiento y el consumo desenfrenado que está llevando al ecocidio del planeta. En este sentido, la actual administración debe hacerse cargo de sus compromisos de política pública y no dejarlos naufragar.

Esperamos que el presente estudio contribuya, desde el campo de la sociedad civil, a dejar un registro sistematizado sobre la política energética de este sexenio; tarea no menor ante el cúmulo de información de carácter excesivamente técnico que ha sido publicada. Con este análisis aspiramos también a colocar otras posturas más balanceadas en la discusión pública para construir un debate enriquecedor que incida en el avance hacia una verdadera soberanía energética en México.

 

A medio camino: datos clave y principales hallazgos  


Contacto para prensa:
Mariana Gurrola Y., Comunicación Fundar
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