Sociedad y estado, ciudadanía y gobierno, representantes y representados, en México, desde cualquier perspectiva que se observe la relación entre quienes nos gobiernan y nosotros, ésta se encuentra plagada de desconfianza e incertidumbre.
En un ambiente gubernamental lleno de ambigüedades y discrecionalidades pareciera que la ley nunca es suficiente para cerrar el paso a malas prácticas y viejas costumbres. El caso del proceso de elección de comisionados ciudadanos del Instituto de Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales del Distrito Federal (InfoDF) no es la excepción, y la etapa de verificación de documentos y requisitos para elegir a los nuevos comisionados lo demuestra.
En reunión de trabajo del pasado martes 28 de febrero, las Comisiones unidas de Transparencia a la Gestión y Administración Pública Local —responsables del proceso — de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) acordaron de manera casi unánime que los 38 aspirantes registrados pasaran a la etapa de entrevistas. Al parecer, sin que se llevara a cabo una revisión exhaustiva del cumplimiento de requisitos y criterios generales definidos en la convocatoria. El planteamiento fue el siguiente: más vale pasar a todos los candidatos aunque algunos no cumplan exhaustivamente, que por error descartar a alguno que efectivamente cumpla. Eso nos demuestra la confianza que los propios diputados tienen de los criterios y requisitos que ellos mismos aprobaron, sin considerar que se tomaron 25 días más de lo que habían definido en la ruta crítica y cuatro reuniones de trabajo canceladas por falta de quórum para tomar esta decisión.
Esta situación genera desconfianza, y la única forma de limpiar este proceso es transparentarlo y ofrecer argumentos para justificar la decisión: ¿por qué pasaron todos? Para transparentar se requiere conocer los perfiles de los candidatos; es decir, qué preparación y experiencia tienen, qué relación tienen con intereses políticos-partidistas, qué cercanía tienen con la sociedad civil. En otras palabras, mostrar cuál es la evidencia de que todos los aspirantes registrados cumplen exhaustivamente con los requisitos y criterios generales para participar. Para justificar se requiere un dictamen que describa con base en qué argumentos y elementos se tomó la decisión de incluir a todos los aspirantes en la etapa de entrevistas.
Ayer comenzó la etapa de entrevistas y sabemos que no se cuenta con un instrumento técnico para calificar y evaluar a los candidatos. Tampoco existe un mecanismo de participación ciudadana, ya sea virtual o presencial, para esta fase de evaluación. ¿Cómo se tomará la decisión para esta etapa? ¿Bajo qué elementos objetivos se seleccionarán a los cinco candidatos que integrarán la propuesta que se presente ante el Pleno de la Asamblea Legislativa? Si de antemano no lo sabemos, esto genera incertidumbre sobre el resultado del proceso.
Desde la sociedad civil queremos tener confianza en el proceso por medio de la transparencia y la rendición de cuentas, no basta tener buenas intenciones. Desde la sociedad civil queremos certidumbre sobre los resultados; es decir, que quienes resulten seleccionados sean los que mejor cumplen con los criterios de capacidad e independencia.
Por esta razón es que en el Colectivo por la Transparencia desarrollamos y lanzamos la campaña #AbranPaso. La idea es exigir un proceso de renovación del InfoDF democrático, transparente, con rendición de cuentas y participación ciudadana. Te invitamos a que siguas y apoyes esta iniciativa en las redes sociales.
Haydeé Pérez Garrido y Jorge Carbajal
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