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Los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Credibilidad Presupuestaria en México

El avance hacia el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) es una prioridad importante para el gobierno mexicano, al menos en papel. En este sentido, toma importancia monitorear la asignación y ejercicio de recursos públicos para verificar si la narrativa coincide con la implementación, pues sin presupuesto, la política pública es inoperable.

El gobierno cuenta con una base de datos que vincula los programas presupuestarios existentes con los ODS a los que contribuye, y también publica información detallada sobre el presupuesto público a nivel federal a través de los datos abiertos de Cuenta Pública. En muchos casos, los gobiernos (no solo el mexicano) se desvían de los presupuestos inicialmente aprobados al momento de ejercer el gasto, un problema conocido como credibilidad del presupuesto, que puede dar como resultado un subejercicio o recortes de gasto en los sectores de protección social o que están vinculados con la garantía de DDHH.

Los ODS reconocen este desafío de la credibilidad presupuestaria con el indicador de seguimiento 16.6.1, que analiza el gasto público en comparación con el presupuesto aprobado. Sin embargo, no es un tema que se discuta con frecuencia en el debate público en México, que se enfoca más en los desafíos del espacio fiscal limitado en el presupuesto del gobierno federal.

Este informe examina el presupuesto federal de México de 2018 a 2020. No encuentra evidencia de que el gobierno mexicano esté priorizando la asignación de recursos y la implementación para acelerar el cumplimiento de los ODS, excepto en protección social. En comparación con otros países, México generalmente ejecuta el presupuesto según lo planeado, con un gasto real promedio de solo 1.4 % por encima del presupuesto aprobado (sobre ejercicio) entre 2018 y 2020. Sin embargo, hay algunos sectores que constantemente gastan menos año tras año, lo que genera dudas sobre el progreso hacia el cumplimiento de la Agenda 2030. Por ejemplo, existe una relación estrecha entre gasto público decreciente y las tendencias a la baja del Índice ODS en los sectores de agricultura y alimentación, así como de protección ambiental.