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La diferencia entre lo legal y lo legítimo

Es común que los gobernantes, ante las críticas o las aún tímidas increpaciones que les hacen sobre el origen de sus bienes, la motivación de sus actos o sus repentinas e inexplicables riquezas nos respondan con la pequeña pero contundente frase “Es legal” y la repitan como si se tratara de un conjuro mágico que desapareciera las dudas o un mantra que elimine obstáculos.

“Es perfectamente legal” agregan el calificativo de la perfección en discursos y entrevistas a modo, como un código de salvaguarda o un escudo de impunidad. Entonces, si efectivamente sus pasos se dan dentro del terreno de lo legal porqué sus conductas nos dejan el enorme vacío que siempre abre la desconfianza.

Quizá la respuesta requiera primero de diferenciar lo legal de lo legítimo, lo legal se apega al derecho, está dentro de un marco jurídico, nos limita a lo que se puede o no hacer desde la visión de la ley. Lo legítimo además implica seguir un camino correcto, justo, auténtico, moral y ético. Lo legítimo se simboliza con lo que se alcanza con justicia, lo que se merece, lo legal en cambio puede simbolizarse con un sello oficial.

Para ilustrarlo recurro al fútbol, todos recordamos los octavos de final de la copa mundial de fútbol de Brasil 2014, donde Holanda eliminó a México con un gol. La anotación y el resultado del partido fueron legales, sin embargo el penalti que provocó Robben no fue legítimo, tal vez por eso el dolor y la indignación persiste en el subconsciente de los mexicanos, nos hicieron trampa pero resultado no se afectó por eso. Ahora, frente a la disyuntiva de diferenciar una cosa de la otra en el escenario público, a continuación señalo algunas paradojas del estilo.

Es legal que el Presidente, su esposa y el Secretario de Hacienda sean propietarios de las casas transmitidas por proveedores del gobierno, se puede comprobar que los contratos fueron ante notario con todo el protocolo, con pleno consentimiento de las partes. Los señalados además no realizaron directamente ningún proceso de licitación. Sin embargo, no es legítimo que los mismos contratistas que se benefician con miles de millones de pesos le vendan, renten o transmitan bienes inmuebles a Servidores Públicos con absoluta influencia en las decisiones que se toman desde el poder.
Es legal que la Procuraduría General de la República (PGR) deduzca la ejecución de 43 estudiantes con la evidencia de la muerte de solo uno de ellos. No obstante, no es legítimo que ante la incapacidad de obtener evidencias resuelvan que todos fueron ejecutados sin haber agotado todas las vías de investigación que apuntaban a la probable responsabilidad del Estado en la desaparición forzada de los normalistas.

Es legal que el Presidente nombre a un subordinado como Secretario de la Función Pública y le dé la encomienda de investigarlo, pero no es legítimo que esta persona sea titular de una dependencia condenada a desaparecer por un transitorio, la dependencia no aparece en la Ley Orgánica de la Administración Pública. Su titular tiene el paranoico papel de ser juez y parte al mismo tiempo y el marco jurídico para poder determinar responsabilidades es sumamente deficiente.

Es legal contratar adquisiciones, arrendamientos, obras o servicios desde el gobierno por medio de adjudicación directa o invitación restringida, no obstante no es legítimo usar esta vía de contratación para gastar más de 200 mil millones de pesos en 6 meses, el 46% de lo gastado en contrataciones de enero a julio de 2014, dichas figuras solo deben justificarse frente a casos muy excepcionales.

Es legal que no se hagan públicas las declaraciones patrimoniales de los servidores públicos, aunque no es legítimo que el blindaje de sus bienes encierre riquezas súbitas e inexplicables.

Es legal que la Suprema Corte de Justicia (SCJN) impida consultar a la población sobre los temas que le afectan, no es legítimo que se utilice esta atribución para negarle a la población el derecho a participar en la forma y decisiones de su gobierno.

Y así aunque lo legítimo siempre sea objeto de respeto, lo legal siempre se impone como la única e irrefutable verdad, “la verdad histórica”. Aunque nos duela en lo más profundo abra que aceptar que no era penal y aun así perdimos. Ojalá un día lo legal y lo legítimo converjan en las acciones del gobierno.

Oscar Arredondo Pico

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