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Más IVA = mayor desigualdad

Si todo resulta como lo tiene planeado el Ejecutivo Federal, este domingo 8 de septiembre se habrá presentado, junto con el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para 2014, la propuesta de reforma hacendaria. Aunque en las últimas semanas se han debatido distintas propuestas de reforma, todo parece indicar que hay consenso sobre la necesidad de aumentar los ingresos del gobierno.

Esta postura es correcta: México es uno de los países que menos impuestos recauda entre los países de la OCDE y de América Latina. Desde hace 30 años, los ingresos petroleros han sustituido a buena parte de la recaudación fiscal como fuente de recursos para el gobierno; una situación insostenible. En primer lugar, porque son recursos que se han desperdiciado en gasto corriente –cuando se tendrían que haber invertido en infraestructura para acelerar el desarrollo de nuestra economía y guardado en un fondo para que otras generaciones también gozaran de un recurso no renovable–. Pero además, porque las previsiones sobre las reservas petroleras no son nada halagüeñas: según el último informe de Pemex sobre reservas de hidrocarburos, al 1 de enero de 2013 las reservas totales (probadas, probables y posibles) ascendían a 44,530 millones de barriles de petróleo crudo equivalente (mmbpce). Estas reservas, a un ritmo de extracción como el que tenemos ahora (2.8 millones de barriles diarios), alcanzarían para poco más de 42 años. Pero dichas reservas incluyen las posibles y las probables. Si hacemos el ejercicio sólo con las reservas probadas (13,900 mmbpce), nos quedan únicamente 13.2 años de riqueza petrolera. Aunque desde Fundar no discutimos la necesidad de reformar la hacienda pública para obtener mayores ingresos vía impuestos, nos parece que la discusión principal está en qué tipo de reforma se va a realizar y qué sectores de la población pagarán más impuestos.

Para nosotros es inaceptable que se recurra a estrategias de recaudación que impactarían de manera adversa en las personas más pobres del país –porque afectaría sus derechos económicos, sociales, culturales y ambientales y ampliaría las brechas de desigualdad–. Un aumento en la tasa de cobro de impuesto al valor agregado (IVA), y el cobro de este impuesto a bienes actualmente sujetos a tasa cero (como alimentos y medicinas), es un claro ejemplo de impuesto regresivo. En el caso de un aumento al IVA, los grupos de menores recursos pagarían una mayor proporción de sus ingresos para cubrir este impuesto. En Fundar pensamos que existe todo un abanico de opciones de recaudación progresivas como alternativas que deberían implementarse para aumentar los ingresos y, a su vez, reducir las brechas de desigualdad entre los habitantes del país, desincentivar conductas y actividades perniciosas, aumentar la competitividad y fomentar el crecimiento de la economía. Algunas de estas estrategias son combatir la evasión y elusión, tanto del IVA como del ISR; aumentar la recaudación escalonada según proporción de ingresos (progresiva) por el lado del ISR; mejorar el cobro del predial por parte de municipios; mejorar la eficiencia recaudatoria; y, cobrar impuestos a los sectores financiero, de seguros, bienes raíces, minero y a las empresas en situación monopólica u oligopólica, entre otras posibles fuentes de recaudación.

De igual forma, sería importante revisar los tratos preferenciales y exenciones –y eliminar aquellos que no estén cumpliendo con el propósito para el que fueron creados–, desincentivar el consumo de comida chatarra, el uso del automóvil y los juegos de azar. Se ha creado un falso debate en México sobre la necesidad de aumentar el IVA para asegurarse que todas las personas contribuyan, particularmente quienes se encuentran en la economía informal. Sin embargo, lo que no se dice en esta discusión es que los principales afectados por un aumento al IVA serían los deciles más pobres. La respuesta es que se les compensará a través del gasto social. Sin embargo, lo que hemos observado en las últimas décadas es que a pesar del enorme monto de recursos transferidos a los más pobres, la proporción de personas que se encuentran en esta situación sigue creciendo. México enfrenta una oportunidad histórica para establecer un sistema eficiente y progresivo de recaudación de impuestos que nos permita reducir la enorme brecha de desigualdad que tenemos. Es el momento de construir un país verdaderamente democrático, con oportunidades y derechos para todas y todos, y con lazos sociales fortalecidos.

Por: Diego de la Mora Maurer

Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/opinion/09-09-2013/17254. Si está pensando en usarlo, debe considerar que está protegido por la Ley. Si lo cita, diga la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. SINEMBARGO.MX