08/04/13
La migración es una crisis humanitaria. Las historias y los dramas detrás de ella son críticos por la escala en la que suceden y por la tragedia que implican. Las y los migrantes son víctimas de todas las violencias imaginables. Pero la barbarie se normaliza, no sólo cuando perdemos la capacidad de indignación o de sobresalto frente a lo que sucede, también cuando el discurso jurídico invisibiliza el dolor e ignora el sufrimiento, peor aún cuando lo produce.[1] El tamaño de la crisis se deja ver cuando el derecho y las instituciones arrebatan el futuro a las personas y llaman criminal a quien ya bastante ofensa es decirle irregular. Una de múltiple...