02/03/12
Resulta alarmante que en un país como el nuestro, con un régimen político aparentemente democrático, los costos de servicios básicos como la luz eléctrica estén subiendo indiscriminadamente y que la gente no pueda organizarse, protestar, exigir accesibilidad a un bien público reconocido como derecho humano, sin enfrentar represalias. Es por demás grave que el Estado pueda desentenderse de obligaciones adquiridas en cuanto a la realización de derechos humanos, que no le interese ver mermada su legitimidad y que no sienta siquiera la necesidad de reducir los conflictos sociales.
El contexto en el que vivimos tiene rasgos inequívocamente antidemocr...